Por Dr. Gildardo Linarez P.*
Hoy en día se tienen registrados 89 casos de Covid-19 y 6 defunciones en San Luis Río Colorado. Más de la mitad de los casos que acumula el Estado de Sonora se concentran en el mencionado municipio fronterizo. Tan grave es el problema que la Gobernadora tuvo que mandar un escuadrón de rescate para ponerle “orden al asunto”, y así fue como el pasado lunes 20 de abril se tuvo la presencia de funcionarios de primer nivel para reforzar las medidas de seguridad y de distanciamiento social que buscan allanar la curva epidémica del municipio. Pero la visita fue como se dice literalmente de doctor, porque solo vinieron a supervisar los trabajos y al día siguiente se regresaron a la capital, cuando la gravedad del tema requería una mayor estancia para observar la evolución de los trabajos y coordinar mejor la operatividad y buen funcionamiento de las políticas sanitarias.
Según el mismo reporte del Estado el principal foco de infección se encuentra ubicado en los nosocomios de la localidad. Existen 32 casos en el hospital general, más ha trascendido por las redes sociales que algunas enfermeras o médicos de clínicas privadas han contraído el virus y sumados a los de las clínicas del IMSS ya pintan el mapa de los contagiados de blanco. Y al asistir los enfermos, con un evidente bajo nivel de defensas, a buscar la solución de sus problemas de salud se convierten en presa fácil del virus. Lo anterior ha colapsado nuestro endeble sistema local de salud a tal grado que varios pacientes por diversos tratamientos tienen que buscar opciones en la vecina ciudad de Mexicali. Enfermarse en un municipio contagiado es un verdadero viacrucis por la falta de servicio y encarecimiento del cuidado de la salud.
Que los brotes de infección sean los hospitales se debe a dos razones fundamentales: primera, la tardanza del gobierno federal y del estatal en entregar equipos médicos de protección para no contagiarse; segunda, el miedo generalizado de la población sanluisina que desembocó en la compra de pánico de artículos como cubre-bocas profesionales, que al aumentar su demanda los precios se fueron por las nubes y quienes realmente los necesitaban no los pudieran adquirir por sus precios estratosféricos.
Así que en el reparto de culpas tanto los gobernantes como los gobernados tuvimos algo que ver para tener una curva de contagios tan pronunciada y escandalosa. A raíz de la imposibilidad de poder conseguir el equipo médico mínimo para estar en la zona de riesgo, los empleados del Hospital General de San Luis Río Colorado promovieron un amparo para que se les garantice el acceso a las herramientas de trabajo que les dé un poco de seguridad laboral para realizar su función de salvar vidas. Por otro lado, el tema malamente se ha politizado entre las dependencias involucrados y entre los tres niveles de gobierno. Ahora sí que el pueblo ha sido el rehén de las autoridades y el que va a terminar pagando las culpas si no se controla la infección. Al tener los focos de infección bien identificados se está a tiempo de lograr controlarlos para regresar lo más pronto a la “normalidad” de las actividades académicas, sociales y productivas que tanto nos hacen falta en estos momentos de crisis económica.
La única vacuna efectiva contra el Covid-19 es el distanciamiento social que se pone de manifiesto con el programa quédate en casa. La mayoría de la sociedad sanluisina ha hecho un esfuerzo enorme por aceptar las medidas y la inmensa mayoría de los negocios y fábricas respetan la medida. Sin embargo, la tabla de salvación es la concientización social y la mejor de hacer entender al pueblo que se quede en casa es mediante el ejemplo que deben de dar quienes nos gobiernan, mismo que no se ve el esfuerzo por hacerlo al seguir haciendo política en eventos presenciales de reuniones con expertos, empresarios y con otros políticos cuando deberían de hacerlas virtuales aprovechando la tecnología disponible. Así que en ese tema las 3 esferas de gobierno nos quedan a deber. Otro tema interesante es el comportamiento de la ciudadanía en las redes sociales.
Los sanluisinos hemos arremetido unos contra otros culpándonos de tanto contagiado. Y lo más grave es que nos estamos regresando a épocas de la fiebre bubónica cuando la población era encerrada literalmente en sus hogares y debían de entregar la llave de la casa para que se cerrara por fuera. Pues de esa forma estamos perdiendo el control y pedimos en las redes sociales que se endurezcan las medidas, se multe, se encarcele y se limiten los derechos humanos. No sabiendo que mucho de lo anterior tienen procesos legales que están fuera de la esfera de la competencia de las autoridades locales y estatales. Un claro ejemplo es el famoso “toque de queda” que en punto de las 8 de la noche hace sonar las alarmas y sirenas en todo el municipio matizando más el encierro y propagando el miedo. Así que hoy mas que nunca que el futuro es incierto debemos quedarnos en casa (quién pueda) y ser más reflexivos para controlar el brote infeccioso.
Los sanluisinos somos más capaces que el virus y seguramente que saldremos adelante. ¡Tenemos San Luis para rato!
*Gildardo Linarez es catedrático de posgrado de distintas universidades, investigador académico y conferencista en temas educativos, administrativos y políticos. Cel. (665)311.29.64. Email: glinarez@hotmail.com
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