Por Ricardo Valenzuela
A finales del 2015, cuando se calentaba los motores apuntando a la elección del año siguiente, ante la burla de muchos, yo decidía apoyar a Donald Trump, pero, mi decisión no era impulsiva y sin pensarla ante la maquinaria más poderosa y corrupta de los EU. Porque, lejos de lo que mis críticos pensaban, mi apoyo fue producto de un profundo análisis y, con las evidencias y tendencias encontradas que no estaban a la vista y había que buscarlas, tomaba mi decisión.
Primero. La oferta de Trump con dedicatoria especial al corazón de un segmento de la sociedad que, con la fiebre de la globalización, habían hecho a un lado sin importar las pérdidas provocadas y fueron ignorados para convertirse en el símbolo del hombre olvidado. Los otros elementos que yo utilicé que me llevaran a tener una visión de lo que sucedería, estaban muy lejos de sentimientos o presentimientos.
Segundo. Las impresionantes multitudes
que Trump atraía en todas sus convocatorias de gente expirando energía que, al
compararlas con las de Hillary, eran presagio de lo que habría de suceder.
Tercero. Decidí usar un muestreo y me orienté a un
segmento que conozco y en donde tengo buenas conexiones; el de los vaqueros,
vaqueras, ganaderos que habían sido tan afectados que ya se anunciaba su
desaparición. Pero, lejos de lo que les pronosticaran, este segmento había
crecido para convertirse en una gran industria y un popular deporte practicado
por cientos de miles con ramificaciones a muchos países del mundo e involucra
muchas otras industrias que emplean millones. Al iniciar palpando el pulso
político de estas gentes del campo, comprobé que, en un 50 a 1, su preferencia
era por Trump y lo manifestaban, entre otras cosas, ubicando los letreros Trump
2020 en sus páginas de toda la media social, porque son vaqueros del siglo 21.
De esa forma, ayudado por un par de sobrinos estudiando
ingeniería en computación, pasamos a estructurar corridas, proyecciones y
estadísticas del what if, aplicado a ese segmento y obtener un esquema que se
pudiera aplicar a otros grupos que también habían sido afectados por la
modernidad. El resultado fue sorprendente cuando, a diferencia de las encuestas
profesionales, señalaba que era matemáticamente imposible que Donald Trump
perdiera la elección si estos nuevos guerreros acudían en millones a su ayuda.
Así el hombre olvidado, como el ave Phoenix, surgía con una fuerza de tal
potencia que llevaría a su redentor a la presidencia.
En esta última elección, utilizando la misma muestra,
llevamos a cabo el mismo análisis, los resultados fueron aún más favorables en
la preferencia por Trump. La de los vaqueros e industrias relacionadas ahora se
ubicaba en un 70 a 1 a su favor. Las multitudes de Trump en sus eventos
avalaban lo que nos informaba nuestro método, y las que provocaba Biden, más
que un grupo de entusiasmados partidarios lucían como velorios. Pero, sobre
todo, la tecnología ya probada, proyectaba un triunfo de Trump más contundente
que la primera.
Ahora, comparamos a una Hillary con la potencia de su
grupo político y, en especial, la de su esposo Bill, el expresidente más
popular de la historia, sus trucos como el dossier de la intervención de Rusia,
el espionaje a la campaña de Trump, la ayuda de elementos corruptos de la CIA,
el NSA, el FBI, del departamento de justicia, la media etc. Y no había podido
derrotar a Trump. En esta elección Biden, quien, en las primarias no había
entusiasmado ni a su esposa y cuando se dieran cuenta que, al igual que la vez
anterior, la nominación caería en el camarada Sanders, decidieran revivir a
Biden. Pero, tenían un gran problema, Biden no podría ganar una elección ni
siquiera entre su familia.
Además, se destapaba la corrupción de Biden. Su hijo
Hunter recibiendo $1.5 billones de dólares del Banco de China para su
administración, el mismo hijo recibiendo un envío de $3.8 MDD de parte de la
esposa de un mafioso ruso. También, Hunter formando parte del consejo de una
compañía petrolera de Ucrania, propiedad de la mafia del país, en donde recibía
$80,00 dólares al mes y, cuando estaba por iniciarse una investigación de parte
del procurador, Biden, ante las cámaras de TV, presumía que, chantajeando al
presidente, lograba el procurador fuera cesado. Emergía luego una sociedad de
poderosos miembros del partido comunista de China con la familia de Biden y una
lista infinita de otras acciones de corrupción.
En la esquina de su oponente, un hombre que había
construido una fortuna billonaria antes de sus 40 años, que al tercer año de su
administración había provocado el boom económico más grande de los últimos 100
años y, con esas credenciales, ofrecía repetirlo mostrando pasos concretos para
lograrlo. Sería inocente pensar que pudiera perder la elección. De hecho, Trump
había recibido más de 10 millones de votos de los que lo favorecieran en la
elección de 2016. Tendrían que robarla. Y me quebraba la cabeza tratando de
entender lo que sucedió.
Explotaba la primera bomba. Hace varios días se inició el
desarrollo de acciones provocadas por el masivo fraude con la participación de
la CIA desde su oficina en Frankfort Alemania, agentes del NSA operando desde
Barcelona, España. Esos centros de operación ya fueron allanados y tomados por
el ejército de EU en donde encontraron un tesoro de información y evidencias
del fraude. Para que no se piense esto es especulación, llegamos a la parte
donde las teorías se ponen a prueba. En una entrevista con el representante
Louis Gohmert (R-TX) que se transmitió hoy, informaba que efectivamente el
ejército acababa de realizar una redada en la granja de servidores de la
empresa Scytl, en Barcelona, España. El gobierno de los EU, una vez que
determinó que ese servidor de Dominion estaba involucrado en el cambio de
votos, la comunidad de inteligencia comenzó su búsqueda y descubrió que estaba
en Alemania.
la CIA estaba usando su centro de datos en el extranjero
para piratear las elecciones estadounidenses… y fueron atrapados.
Días después, se revelaría cómo las elecciones fueron
manipuladas por el agente de la corona canadiense, Dominion Voting Systems, a
través de un llamado «fallo», y ahora Great Game India ha encontrado la
participación de otra empresa extranjera de mala reputación en la intromisión
electoral de los EU. Informa los votos emitidos por los estadounidenses fueron
contados por la empresa española, Scytl. Al igual que, Dominion Voting Systems,
Scytl tiene una larga historia de fraude electoral en varias naciones, incluida
la inyección por las puertas traseras de su software electoral.
Una vez que se presente toda la evidencia, la autoridad
debe declarar la elección nula y fue el esquema de un fallido de golpe de
Estado extranjero contra EU, ayudado por operadores traidores dentro del
partido Demócrata y de ciertos rincones obscuros de la comunidad de
inteligencia (CIA, FBI, etc.). Todo lo que Trump necesita es terminar la
reunión de pruebas, presentarlas al mundo y continuar obteniendo el apoyo de
millones de estadounidenses que están dispuestos a arriesgar sus vidas, si es
necesario, para defender a esta nación. Esto apenas se está iniciando.
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