Por Ricardo Valenzuela
Las últimas semanas, al atestiguar el fraude descomunal y negar al presidente una victoria, como lo describen los auditores, en landslide (avalancha), y más asqueado de la política que cuando abandonaba mi país cortesía de López Portillo, decidí que, para mi salud mental, era importante bajarme del ring, recuperar fuerzas y, ya tranquilo, denunciar durante el resto de mi vida el horroroso crimen que se ha cometido. Pero, además, las consecuencias que esto deberá provocar que muy pocos se dan cuenta. En EU su democracia constitucional ha muerto y, a diferencia de su lucha por independencia, en esta era de la historia no hay quien la defienda. No pretendo alzar mi voz para que alguien la escuche, ya sé que estuve arando en el mar. Lo hago como mi terapia
Porque algo que nunca entendieron mis examigos, con lo
que tuve fuertes enfrentamientos, es que mi lucha no era para elevar a Trump,
era contra los criminales que finalmente lograron su propósito y sometieron el
país. No era para canonizar a Trump, era para defender el sistema
constitucional establecido por sus padres fundadores. Era una voz de alarma
advirtiendo lo que estaba a punto de suceder y en esta ocasión, ya no es válido
afirmar; “en la siguiente elección los sacamos”, porque no habrá una siguiente
elección. Esto ha sido un golpe de estado ejecutado por los propietarios del
New World Order, y la presa que tanto les ha costado, jamás la van a
soltar.
Bienvenidos a los Nuevos Estados Sino Americanos y es
hora de aprender chino. En estos momentos los EU están perdiendo una guerra de
la cual muy pocos están enterados y, sobre todo, no conocen la potencia del
enemigo; El Partido Comunista Chino (CCP) cuyo objetivo es la destrucción de
EU. Las fuerzas del globalismo que han dominado el gobierno del país y la media
que, desde hace medio siglo, controla la narrativa, ha repartido ceguera
alrededor del mundo. No la vieron y perdieron en lo que ha sido el peor de los
escenarios. No entendieron el poder de lo que no enfrentaron.
Este es el enemigo. China tiene una población de 1.4
billones. Son gobernados por el Partido Comunista Chino, con 90 millones de
miembros, y por una elite de 300 millones adicionales que están profundamente
comprometidos. Muchos de ellos no creen en toda la fisonomía de lo que el
partido llama “socialismo con características chinas”—una mezcla de comunismo,
maoísmo, marxismo, leninismo—pero ellos activamente soportan el régimen. El
sistema beneficia esas elites cuyos negocios, la mayoría empresas propiedad del
estado, son administradas privadamente con participación del CCP.
Sin embargo, por ineficiente que parezca, el CCP opera
una masiva red de inteligencia global a través de su Ministerio de Seguridad
Estatal. Esta red asiste a negocios e industrias a través de espionaje, guerra
cibernética y coerción económica. Este tipo de capitalismo estatal o
neo-mercantilismo los ha llevado a la creación de una economía que rivaliza la
de EU. ¿Fracasará? Es probable. Pero el CCP ha probado ser muy efectivo para
construir un imperio de 1.4 billones de gentes. Y lo han hecho en un periodo
tan corto, con tanta crueldad y determinación, que se debe considerar como un
logro sin paralelo.
Hoy día mantienen un ejército de dos millones y tienen ya
la armada más grande del mundo. En los últimos cinco años las simulaciones en
juegos de guerra navales en EU, en donde se enfrenta a China, los EU siempre es
el perdedor. Además, China tiene capacidad para construir esas armas nucleares
y los cuetes para dispararlas. Sabemos que ellos robaron una avanzada tecnología
de EU que involucra militarizando warheads y sistemas de guía. Se sabe que el
presidente Xi Jinping se adhiere a la creencia de Mao Tse-tung, que siempre
pensó y afirmó EU era un tigre de papel que tiene armas nucleares, pero nunca
las usaría. China va hacia la superioridad militar ahora con ayuda irrestricta
de Biden.
Se estima que China, a través de hambruna, guerra,
ejecuciones, ha asesinado a más de 100 millones de ciudadanos. Solo los
cometidos por el partido con sus guardias rojas (1958-1962) y su revolución
cultural (1966-1976) se estima en 70 millones. Sin tomar en cuenta los abortos
forzados que se estima en 500 millones. En sus campos de concentración
mantienen más de 2 millones de Dyghurs musulmanes en la provincia de Xin jiang,
que los utilizan para cosechar órganos para su venta internacional. Una
industria que les genera billones de dólares.
Su partido comunista opera una vasta red de espionaje en
EU. Pero no solo ejercen el espionaje pues además agentes del Ministerio de
Seguridad Estatal, miles de oficiales en la industria y los negocios,
Asociaciones intelectuales, Instituciones confucianas operando en campus
universitarios, 500,000 estudiantes atendiendo universidades en EU. Cada uno de
ellos está obligado por ley para apoyar, asistir, cooperar con la red de
inteligencia estatal ya operando. Todos deben reportar a sus agentes en las
embajadas lo que hacen, a quien conocen, sus actividades y todo lo que les
ordenen. Esta red de espionaje les genera 600 a 700 billones de propiedad
intelectual robada cada año.
Durante la década pasada China ha robado unos 7 trillones
de dólares de propiedad intelectual de EU, incluyendo tecnología de Silicon
Valley con su complacencia, Seattle, entretenimiento de Hollywood,
investigación y desarrollo en Nueva Inglaterra. En pocas palabras, China ha
estado robando la riqueza y el futuro de los americanos. Donald Trump inició el
combate de todas estas prácticas al mismo tiempo que iniciaba la reconstrucción
de un ejército en ruinas incluyendo la nueva rama de Fuerza Espacial, que los
chinos consideran su campo exclusivo.
En mayo del 2019, el PRC, a través de Xinhua News Agency
controlada por el CCP, declaraba la guerra de la gente en respuesta a las
tarifas activadas sobre productos chinos que, a su vez, habían sido respuesta
al cierre de los mercados chinos para productos americanos y su negativa
negociar de buena fe el robo de propiedad intelectual. Aunque muy pocos se
atreven a cargarle la culpa por el COVID-19 que se originara en el Instituto
Wuhun de virología, fue algo muy efectivo para la organización del fraude en la
elección y ha reorientado radicalmente la sociedad americana con graves
consecuencias económicas y políticas presentes y más graves a futuro ¿Será esto
parte de la guerra declarada?
Todo esto sucedía cuando Hunter Biden recibía del Banco Central de China 1.6 billones de dólares para operar en EU. Emergía luego una sociedad de Hunter Biden, SinoHawk Holdings, con un miembro de la alta esfera del CCP, y un contrato en el cual se pagaría a la nueva sociedad 10 millones de dólares anuales para establecer conexiones en EU. Después, un email de Hunter pidiendo llaves de oficinas rentadas para la empresa, para Joe Biden, Jill Biden, Jim Biden y una especial para Ye Jianmig su socio y miembro de la alta planilla del Partido Comunista de China. ¡Bienvenidos al nuevo mundo de Xoi Bai deng y Hunt Bai deng!.
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