Finalmente sucedió lo imposible, Trump y Amlo se reunían en Washington en paz para explorar avenidas. La impresión que proyectó Amlo , a pesar de las expectativas, fue positiva y si borramos dos cosas, la oda poética a Lázaro Cárdenas y al final su viva México, se considera un mensaje positivo, es decir, mostró que tiene material. Por supuesto que la avalancha de criticólogos no se hizo esperar y, explotando su trasnochado patriotismo, pasaron a describirlo como un acto servil ante Trump y, al ver Amlo no le daba un descontón, se envuelven en la bandera para repeler al enemigo. La preocupación en el ambiente político de la capital EU, es que lo expresado por Amlo sea realmente su compromiso para aprovechar la mano que le ha tendido Trump. Para aquellos que gritan ser otra colonización de parte de EU, deberían investigar para darse cuenta de que Trump es el primer mandatario de EU que no pertenece a ese círculo que busca el poder y la explotación, conocido como el Estado Profundo.