L as diputadas locales Paula Soto y Valentina Batres presentaron una iniciativa al Congreso de la Ciudad de México para prohibir la venta a menores de refrescos o alimentos con alto contenido calórico en restaurantes, incluso con la presencia de los padres. En la propuesta se plantea una multa de 10 mil 800 pesos a quien infrinja esta norma en caso de su aprobación. Aún con el permiso del padre, tutor o un adulto que acompañe a un menor, estos no podrán comprar alimentos chatarra, propusieron las legisladoras. “Para prevenir y combatir el sobrepeso y la obesidad, en la Ciudad de México: I. Queda prohibida la venta , donación, suministro, regalo o distribución de bebidas azucaradas procesadas a menores de edad, aún en compañía de sus madres, padres o tutores en restaurantes, establecimientos de hospedaje, clubes privados y los establecimientos mercantiles de impacto zonal en donde se vendan o distribuyan estos productos y que permitan el acceso a menores de edad", i