Por Ricardo Valenzuela*
Finalmente hemos llegado a la fecha que consolida el robo de la elección presidencial, en un acto que debería avergonzar a todos los hombres de buena voluntad que aman esta nación, los EU. Ya cabalgando sobre el siglo 21, se ha llevado a cabo un golpe de estado en el país que, en sus más de 200 años de vida, jamás hubiera sufrido una agresión como la que ya se ha consolidado en lo que, algunos sufriendo de miopía histórica y política, piensan es un final feliz. A pesar de todas las evidencias que no se pueden explicar, menos negar, exhibiendo una soberbia que solamente en México habíamos atestiguado en figuras como Echeverria y López Portillo, robando la voluntad de la gente ante el escaparate del mundo entero.
Sin embargo, algo que poco se ha sabido es la
participación de Barak Obama en este acto que rompe todos los niveles violatorios
de la constitución, las leyes federales, estatales, municipales, leyes y
reglamentos de electorales. Un proceso que dio principio hace 12 años cuando se
iniciara el primer periodo de su presidencia, con la encomienda de sentar las
bases para una toma total del país de parte de lo que ya se conoce como el
Marxismo Aristócrata y Monárquico. Así, sembró jueces marxistas por todo el
país, al partido demócrata lo convertiría al marxismo, durante los primeros 4
años instalaba sus “representantes” en todos los bancos que “rescatara”. Nunca
se había visto a un expresidente tratando de sabotear la labor de quien lo
sustituyera.
EUA cae ahora bajo una nueva monarquía con el esquema
socialista, en la cual la figura del monarca ahora sería representada por una elite
domiciliada en la parte superior de la nueva pirámide social. El segundo piso
de esa pirámide sería ocupado por los grupos más allegados a los nuevos
monarcas, el lugar que en Europa era de la aristocracia con todos los
privilegios que eso conlleva. En el tercer piso estarían los que en el pasado
monárquico se conocieron como los señores feudales en cuyas tribus contarían
con los políticos profesionales para operar el gobierno de acuerdo a los
mandatos de los nuevos monarcas. Finalmente, la base de la pirámide sería la
región de lo que se pudiera considerar como los modernos siervos, precisamente
para, como su clasificación lo indica, servir a los aristócratas y a los
monarcas.
En 2008, inspirados por la teoría marxista original, para
apuntalar a su nuevo prospecto, Obama, y facilitarle la tarea encomendada,
necesitaban una crisis y poder sentar los cimientos de la nueva prisión para EU
cuando la gente, ante el terremoto financiero, entraba en ese estado que aman
los tiranos, explosiones de pánico, inseguridad, ansiedad y, como el Chapulín
Colorado, preguntaran ¿ahora quién podrá ayudarnos? Esta horrible crisis
financiera, estructurada por mentes diabólicos, había iniciado su desarrollo
desde la presidencia de Bill Clinton cuando decidió que todo mundo debía ser
propietario de su vivienda. Establecía a su amigo Henry Cisneros como
responsable del proyecto a la cabeza de Fannie May y Genie May, para abrir la
compuerta del dinero para tan generosa política de casa para todos, sin los
requisitos que debe llevar el crédito sano.
Pasaban luego a forzar bancos, fondos de inversión,
compañías de seguros, a comprar el papel que surgía de las hipotecas con la
garantía del gobierno federal. Todo mundo acudía a solicitar préstamos y hubo
gente que comprara tres o cuatro casas abusando de la falta de supervisión. Los
bienes raíces aumentaban de valor en los que presagiaba una burbuja. Los bancos
y fondos se peleaban por ese papel “sin riesgo” y se iniciaba el desarrollo de
una crisis bien planeada, que tendrían lista para explotarla en el momento que
se necesitara. Bush II se sumaría al plan y recibía la estafeta continuando el
cocinado de la crisis. Al final de los 8 años de Bush, el EP decidía que Obama
estaba listo para la tarea presidencial. Para asegurar la elección y, más
importante, entregarle el campo listo para ejecutar lo que le ordenaban.
Aprovechaban el pánico de la gente para iniciar la ejecución del plan y
encadenar al país en donde el New Deal luciría como creación de Hayek.
Y, así, en medio de ese infierno, aparecía el Chapulín
Morenito para llevar a cabo los monstruosos rescates con el Fed operando la
imprenta las 24 horas del día. Muy pocos se dieron cuenta que no los estaban
rescatando, los estaban aprisionando cuando todo el aparato productivo del país
vendía su alma a un acreedor más peligroso que Mefistófeles. Durante los 8 años
de Obama el gobierno, vía impuestos, regulaciones, mandatos, se apoderaba del
60% del PIB cuando en los años 50 solo llegaba a un 15%, y al inicio del siglo
5%, ante los aplausos de los monos de organilleros elevando sus plegarias dando
gracias por el envío de este San Martin de Porres tan milagroso. No se daban
cuenta que este santo los ensillaba, les ponía un freno atravesado, un bozal
tejido con cerdas de cola de mula, y los dejara listos para que los caballeros
con espuelas llegaran para montarlos ¡Y el morenito cumplió!
Pero hubo alguien que si se dio cuenta de la trampa que
le tendían al país y lo que habían avanzado. Y se lanzaba al ruedo tras la
presidencia en lo que le daban una posibilidad en un millón. Pero, ante la
sorpresa del mundo ganaba la elección y entonces los apanicados eran ellos y
surgía la necesidad de eliminarlo. Lo intentaron por todos los medios y no
pudieron. Se daban cuenta que en una elección libre nunca podrían derrotarlo.
Pero, se les prendía el foco de eureka y, aprovechando la gran relación de
Biden en China, había que provocar una crisis similar a la del 2008. Y la
crearon sin importarles la destrucción de la economía que todavía no pasa la factura,
pero, lo hará y tendrán que pagarla.
El más apanicado de todos era el morenito de Porres
porque sus crímenes alcanzan niveles de lesa humanidad y van desde relaciones y
financiamiento de terroristas, negocios con Irán siendo presidente. Y era
seguro que en un segundo mandato de Trump emergería el misterio de su
certificado de nacimiento, de sus notas universitarias que no existen, quienes
financiaron sus estudios en las universidades más caras del mundo. Sus
sociedades con los Clinton para vender armas a terroristas, vender Uranio a
Rusia y, en especial, por qué, en un acto despreciable, dejaron morir al
embajador Stevens en Benghazi y miembros de las fuerzas especiales, en lo que
se sabe fue para guardar el secreto de su negocios en ese país. Y, lo más
grave, su sociedad con Biden para exprimir dinero por todo el mundo en
relaciones que alcanzan niveles de traición.
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