En esta ocasión entrevistamos al Lic. Javier Villarreal Gámez, Dirigente Estatal de la Confederación de Trabajadores de México en Sonora (CTM) sobre el papel actual que tiene el sindicato en el estado y en México.
PG: Javier, ¿Cómo ves el escenario laboral en el estado?
JVG: Yo creo que se puede precisar en lo siguiente: Estamos terminando una etapa muy intensa en el tema del reparto de utilidades, y esto ha venido a activar el escenario laboral de Sonora. Esto tiene que ver con que tuvo mucho impacto, en el tema de las utilidades, la prohibición que se hizo, el año pasado, del outsourcing. Recordaremos que se reformó la ley federal del trabajo donde se prohíbe la subcontratación con el propósito, del presidente Andrés Manuel López Obrador, para que no se utilice más esa figura y para evadir el reparto de utilidades por parte de las empresas que no asumían la responsabilidad patronal.
Un ejemplo es en Cananea y Nacozari, donde luchamos por el 10% que establece la Constitución y lo metimos al contrato colectivo de trabajo. Entonces, ahora, en vez de recibir $300,000 pesos, recibieron $700,000 pesos en promedio cada trabajador del sector minero en aquellas regiones. Eso fue un gran logro, y que, de alguna manera, generó inquietud entre los trabajadores.
Y en el caso particular de Hermosillo; en la planta Ford, hay una red de proveedoras. En la planta Ford dieron 90 de utilidades; en Magna, 90 días; pero en Seglo dieron 0, apelando a que no hubo utilidades, aunque haya participado en la elaboración del mismo carro. Eso hizo que empezaran los problemas, las inquietudes y las inconformidades. En la empresa Lear, que es muy grande, aparte de los 34 días de utilidades que estaban asegurados en el contrato, le dieron $6,000.00 mil pesos en efectivo. En la empresa Yagna, también les dieron $6,000.00 pesos más, aparte de lo del contrato. Devenido de nuestra presión, Seglo, que en un principio dieron $0.00 pesos de utilidades, se fue a $11,000.00 pesos.
Y en Martinrea, que es el caso del problema, les había ofrecido $14,000.00 pesos, pero en términos reales les dio $8,000.00 pesos, y eso fue lo que provocó el problema. A la empresa se le olvidó por completo el compromiso. Esto provocó que un grupo de trabajadores inconformes acudiera a la CTM el día 15 de mayo. Yo hablé con gente del gobierno del estado y les informé de que había un problema entre la empresa Martinrea y sus empleados.
El gobierno habló con Martinrea y la empresa dijo que ellos se harían cargo del problema. Pero el día 16 despidieron a dos de los líderes principales, entonces en la tarde, 51 trabajadores quisieron entrar a laborar siempre y cuando se reinstalara a los dos líderes, la empresa no quiso reinstalarlos, por lo tanto, los 51 trabajadores no entraron y fueron despedidos todos.
Entonces, esos trabajadores bloquearon la calle que es la salida de los vehículos de la empresa durando unas horas, después desbloquearon la calle, porque el Gobierno intervino, pero no logró nada, entonces el día miércoles volvieron a bloquear la calle y no se desbloqueó hasta el día sábado.
Es obvio que esto no nos gusta a nadie. Pero, tenemos a una empresa que ofreció algo y no cumplió, y después despidió a los empleados, no más porque puede. Eso generó de parte de los trabajadores otra reacción. El movimiento se levantó con un compromiso del gobierno federal de llevar un juicio de titularidad lo más pronto posible, y para ello se propuso un mes.
Ya se radicó la demanda, el sindicato actor es del compañero Martín Castro; el demandado es Tereso Medina de Coahuila. Antes de que termine el mes de junio habrá de llevarse un recuento en votación para que elijan si quieren al sindicato de Martín Castro o al de Coahuila que dirige Tereso Medina. Entonces, esa es la situación en Martinrea.
No se nos puede acusar de extorción, porque había un compromiso de la empresa. Los trabajadores luchan porque se cumplan sus derechos, pero aparte por la libertad sindical. Entonces, no se nos puede acusar de extorción, como dice el abogado Héctor Contreras Pérez que, debiendo litigar en los tribunales, le gusta hacerlo en los medios de comunicación. Y aunque nosotros respetamos ese tipo de prácticas, no las compartimos. porque la lucha de los trabajadores, por mejores salarios, mejores prestaciones, no es equiparable a extorción. Ellos solo luchan para que se cumplan los contratos para evitar abusos y que se hagan valer sus derechos.
También tuvimos problemas con algunas maquiladoras donde hubo paros laborales. Finalmente es mucho el logro de la industria minera, de la industria automotriz y en la industria maquiladora y eso nos llena de satisfacción. Desde luego que nos compromete a mantener un ambiente de estabilidad laboral, pero con justicia social.
PG: ¿Qué opinas del estado actual de la justicia que se imparte en las juntas de conciliación y arbitraje?
JCG: Como ustedes saben, en 2019 se efectuó una reforma constitucional que implica el cambio de la justicia laboral, es decir, ya no va a estar en las juntas de conciliación. Ahora va a pasar a los tribunales en materia de lo laboral en materia local y en materia federal. Y esto es por etapas. A Sonora le toca a partir del 3 de octubre de este año, ósea que no falta mucho. La opinión que tengo de eso es que había muchos vicios, muchos abusos en materia de justicia laboral cuando están bajo el cacicazgo del ejecutivo. Y el cambio al poder judicial da un poco más de esperanza, aunque estamos conscientes que tampoco será la panacea, pero si habrá un ambiente de convicción jurista y más pura del derecho en los tribunales.
PG: ¿Nos puedes hablar sobre el ataque mediático que has recibido a causa del tema Martinrea?
JVG: Las palabras de quien vienen, porque cuando hay un comentarista de esa naturaleza, que critica una lucha laboral que duró 3 días, pero que por otro lado él celebra y se incorpora al equipo de un líder (Napoleón Gómez Urrutia) que tuvo parada a Cananea durante 3 años, y que les quito a los trabajadores 55 millones de pesos. Pues ese tipo de periodistas no conocen la congruencia. Yo respeto y aguanto las campañas de desprestigio, porque eso es lo que son. Sencillamente, los trabajadores saben muy bien cuál es la marca que prefieren y saben que la CTM ha luchado por ellos durante muchos años y las campañas de desprestigio pueden estar muy bien financiadas, pero ahí que le sigan, porque nosotros seguiremos defendiendo a los trabajadores.
PG: ¿A qué se debe el constante el hecho de que se esté "satanizando" recurrentemente a la CTM que diriges?
JVG: La CTM es una organización muy grande. Se construyó con muchos años de lucha y es una organización enorme que tiene no solo a los petroleros, sino a electricistas, cementeros, automotrices, mineros... hay un sin fin de gremios a nivel nacional y en cada uno de los estados del país a diferentes matices o intensidades en la lucha por conseguir mejores condiciones laborales.
Aquí en Sonora, nosotros tenemos a gigantes de abrieron paso en la lucha sindical, y nosotros lo que hacemos es seguir el ejemplo. En cuanto a la relación de la CTM con los gobiernos... siempre hemos tenido diferencias. No ha sido de miel sobre hojuelas. A mí me tocó conocer de Ocaña para acá, y con el propio Ocaña (que lo admiro mucho) hubo diferencias con él, y luego sucedieron con Félix Valdés; con Beltrones, ni se diga; con Armando López Nogales se tuvo buena relación, pero al final nos fuimos cada quien por nuestro lado; luego en el sexenio de Eduardo Bours hubo confrontaciones muy fuertes con él y luego nos entendimos; con Guillermo Padrés hubo enfrentamiento y luego nos entendimos; y con Claudia Pavlovich, hubo problemas muy serios como la falta de médicos y todos nos ignoraban, hasta que hicimos un emplazamiento a huelga y ahí sí todo mundo volteó a ver.
Y es que necesariamente tienes que hacer algo así. Con ese emplazamiento nos recibió Zoe Robledo y vino a Sonora, hizo una rueda de prensa para anunciar la construcción de seis nuevos hospitales, y a la fecha no se ha colocado el primer ladrillo de ni uno y ya han pasado cuatro años. Denunciamos que en el 2019 faltaban 270 médicos; en 2020, faltaban 350; y en 2021 cerramos con 500 plazas vacantes. ¿Y entonces qué haces con estos números? Ni modo de tomar las armas. Necesariamente tienes que emplazar a la huelga.
Ahora hemos hablado con el gobernador Alfonso Durazo Montaño y con él me identifico muy bien. Veo que es un hombre muy bien intencionado, de buena fe y tiene un gran proyecto para Sonora, pero siento que en su equipo de gobierno falta mayor integración y falta experiencia. Tengo comunicación con cuatro funcionarios: la Secretaría del Trabajo, la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Economía y la Dirección de Transporte. Con las cuatro hemos batallado mucho y el gobernador lo sabe. Cuando menos, las primeras tres dependencias deben estar muy pendientes de los conflictos laborales para prevenirlos. Prevenirlos se puede con el diálogo de la comunicación y no hemos podido todavía encontrar un equilibrio ni comunicación permanente con ellos. El gobernador lo sabe, se lo he señalado en varias ocasiones, él está preocupado por eso, y espero que tengamos un mejor mecanismo de comunicación, porque lo merece el estado.
PG: ¿Tienes algunas palabras para nuestro auditorio?
JVG: La paz laboral es el fruto de un esfuerzo conjunto entre empresarios, trabajadores y gobierno, pero trabajadores y gobierno invitan a la empresa a que dialogue, pero en vez de dialogar "pega el garrotazo", quien está fallando es la empresa, nosotros no. Nosotros le hacemos un llamado a la empresa para que se comporte y no enrarezca el contexto y podamos tener un sano ambiente para todos. Si quieren "satanizar" al sindicalismo, pues ellos tienen dinero para hacer y también para comprar voceros. Lo que nosotros queremos y buscamos es un ambiente laboral digno y con justicia para todos.
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