Por Francisco Loera.- Al no haber normativa clara, no hay un número oficial de minas cerradas o suspendidas ni de los pueblos fantasma que han dejado regados de norte a sur como Pilares de Nacozari, Sonora. Desde 2018, de manera voluntaria se han dado de alta ante la Secretaría de Economía y la Cámara Minera de México (Camimex) nueve proyectos concluidos de mineras canadienses, una estadounidense y una británica en poblados de Sonora. En el informe “Y después de la mina, ¿qué?”, colectivos requieren a las autoridades ambientales una política de monitoreo, manejo de desechos peligrosos, restauración y rendición de cuentas luego de que las empresas terminan la extracción y abandonan tajos abiertos profundos, depósitos de jales con residuos tóxicos en agua, aire y suelo, en algunos casos con daños irreversibles. El inventario de la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) ubica 585 registros de presas de jales, lo que es un primer paso para tener un control oficial de cierre de minas naci